martes, 23 de octubre de 2007

Capitulo 1.
La vida es un fraude... exijo un reembolso.

Mientras el humo del cigarrillo hace caprichosas formas yo sigo aquí, sentado en este viejo sillón; con un cáncer de pulmón que debió matarme hace muchos años y bebiendo mi desayuno. Un vaso de Jack Daniels en las rocas. La luz de la calle se cuela por entre los vidrios rotos, entre esas cortinas destrozadas que me recuerdan a Atenea, la única mujer que me hizo sentir vivo. Por ella lo hubiera dejado todo... mmm... no, en realidad lo hubiera dado todo, mi vida inclusive, pero no hubiera cambiado, eso no existe, uno es como es y punto. Y yo soy demasiado necio para hacerlo, además ella no lo hubiera pedido jamás, ella amaba a este pobre despojo humano.

Han pasado demasiados años, ahora tengo 68 y estoy al borde de la muerte. Carajo, ¿no podía haberme esperado un año más? Sólo unos meses, pude ser una leyenda sexual. Morir a los 69¡¡¡

Bueno, creo que no, mi vida sexual fue más bien desastroza. Es increíble que hoy, en el 2057 aún no se haya creado una cura eficaz para la impotencia, debo decirlo, ni siquiera se ha creado una cura eficaz para la gripa. Estamos más jodidos que nunca, los valores ya no existen. Ahora los niños van por la calle con armas automáticas, pero las autoridades se preocupan por detener a los que intercambian música en MR3. Que tiempos aquellos en los que uno andaba por la calle con un iPod de 60 gigas. !Mp3, que cosa tan arcaica¡. Ahora uno simplemente lleva injertos, 80 terabytes en un grano de maíz que te introducen detrás de la oreja. Ja, estos niños no saben lo que es terror. Jamás han tenido una idea de lo que hicimos por ellos.

Creen que el mundo siempre ha sido así, pero no puedo culparlos, los medios ocultaron todo. Se guardaron el terror para ellos como moneda de cambio y a nosotros nos olvidaron. Los azules deambulamos por las calles mendigando un pedazo de pan. Pero no es mi estilo, siempre he sido de soltar puñetazos ante palabras como "basura", perdedor, lacra o escoria. En lo personal yo prefiero papito, mi amor o minímamente semental. Pero no, hace mucho que las cosas no son así.

Fallamos y recibimos el castigo. Ahora sólo puedo pensar en que algún día alguien halle esto y termine lo que empezamos, que el mundo sea un buen lugar para vivir.

Vaya soldado, ni siquiera puedo levantarme sin apoyo y este viejo bastón que se queja más que yo. Recuerdo cuando era un gran guerrero, antes de que pasara, era un hombre completo. Pero dos años allá abajo te cambian. Ni siquiera puedo dormir bien, no aguanto la espalda y veo cosas que matarían de miedo al más cabrón. Mis amigos han muerto, Atenea también... ni siquiera pude despedirme. Nunca tuvimos hijos, siempre estaba muy ocupado salvando el mundo para preocuparme por eso.

Todo comenzó cuando tenía 25 años, era un tipo no muy agraciado, más bien estaba bastante feito, pero era un buen deportista. Jugaba como tackle defensivo en lo Demonios de Urake. ¡Que paradoja! no tenía ni idea de lo que pasaría. Estaba por terminar mi carrera cuando empezó esta pesadilla. Un día entrenaba en mi dojo, por las tardes practicaba karate para calmar los nervios antes de llegar a casa a disfrutar de mi nueva esposa, nos habíamos casado unos meses antes. Mis amigos dijeron que era muy apresurado... apresurado el cambio de gobierno y nadie dijo nada.

Todo estaba bien, era un día normal, soleado y de pronto el viento sopló refrescando todo y nada parecía haber cambiado, el tatami, los espejos, la fotografía de mi sensei en la pared... el único detalle distinto es que había tres tipos muy altos parados en la entrada empuñando dos katanas y una M-16. Vaya, pero si no era para tanto.

- Usted es el señor Jack Randal...

No sabía que esa frase era el principio de la pesadilla...