miércoles, 2 de enero de 2008

Do you Belive in Angels?... Noup, Just in Bullets, thanks

Sostenía el arma en sus manos sudorosas, nunca la había visto tan nerviosa… la luz iluminaba su rostro, esos rasgos que la hacían lucir casi como una niña, una niña violenta y perversa que no dudaba cuando había que meterle una bala a alguien para evitar que hiciera daño… estábamos solos, no esperamos refuerzos, sabíamos que si lo hacíamos esa pobre niña no lo contaría.

Yo estaba detrás de ella, las estadísticas dicen que 70% de los policías heridos en el campo son heridos por la espalda. Yo cubría su trasero y lo observaba también… vaya caderas¡¡¡ Pero no era el momento para esas cosas. Estábamos evaluando la situación en la entrada del edificio, una construcción abandonada cerca del Zócalo. La luz de los faroles de la calle era mortecina, amarillenta y muy escasa, casi no veíamos lo que pasaba al interior del edificio, no sabíamos si el violador estaba sólo… podíamos escuchar nuestra respiración y nuestro miedo… si, lo escuchábamos, nos decía “corran idiotas, corran como lo haría cualquier hijo de vecino”. Pero no lo hicimos, éramos la única esperanza de esa niña y era nuestro trabajo, habíamos pasado por esto miles de veces, pero esta era distinta y no sabíamos por qué.

Eleanor era dura, a pesar de que iba por la vida sonriendo y con pinta de chiquilla yo sabía que era capaz de arrancarte las pelotas si le colmabas el plato. Podía ser una niña traviesa si te tenía confianza, pero ganarse su confianza requería mucho tiempo. Tenía años de conocerla y lo único que tenía bien claro era que con ella todo era una sorpresa, pero podía confiarle mi vida. Era de las pocas personas en las que de verdad confiaba, ella y Atenea.

- ¿La llamaste antes de venir?

- No, no quiero preocuparla más de lo necesario, ya bastante tiene con saber a lo que me dedico como para conocer los detalles. Será rápido, entramos y salimos… simple. Y después a casa a echar un buen polvo… cada quien con su cada cual, claro está.

Ni yo me lo creía, me temblaban las manos y sudaba como un cerdo…

- Esa ni tú te la crees, siempre has sido un paranoico, pero deja de estar de nena y vamos a entrar.

Me conocía perfectamente, sabia lo que había en mi cabeza antes de que yo mismo lo pensara. Nos conocíamos desde hacía muchos años, paradójicamente nos conocimos en una exposición de pintura, nos caímos bien y comenzamos a frecuentarnos. Jamás nos pasó por la cabeza iniciar una relación romántica, creo que nos estimábamos demasiado para eso.

A pesar de todo un día perdimos contacto, ella se fue a Alemania y yo me hice policía y seguí con mi vida hasta que un día nos encontramos de la forma menos ortodoxa que se pueda imaginar. Fue en un operativo, yo y mi equipo seguíamos a un grupo de ladrones de autos hasta una bodega en el oriente de la ciudad. Cuando entramos se desató una balacera, a mi me hirieron en un hombro, era la primera vez que sucedía, había sido ella. Cuando giré mi cabeza no podía creer lo que veía, una figura menudita y un corte francés que hizo que se me cayeran los pantalones a pesar del dolor. Lo único que pude hacer fue decirle que se tirara al piso. Ella obedeció, aunque bien podría haberme volado la cabeza ahí mismo, pero nuestra amistad era muy fuerte como para esas estupideces y estaba tan sorprendida como yo.

Cuando todo terminó le quité el arma y le dije que fingiera ser un rehén, no iba a permitir que la arrestaran, las prisiones no eran un buen lugar para socializar en esos días.

Al día siguiente fuimos a cenar, me contó que en Alemania conoció a un tipo que estaba metido en el tráfico de autos robados y que le propuso entrar al negocio. No pasó mucho tiempo para que él descubriera su instinto asesino así que se convirtió en su novia y guardaespaldas. No puedo culparla, nunca supo escoger pareja. A partir de ese momento la convencí que se uniera a mi escuadrón, no iba a permitir que terminara tirada en la plancha de una morgue, después de todo su gusto musical era exquisito y nos llevábamos tan bien que era como tener un amigo con tetas.

- ¿Listo? Vamos a rescatar a esa mozuela…

- Tú mandas panquecito, yo te cubro…

Sigilosamente abrió la puerta y se adentró en la más densa oscuridad que hubiera visto en mi jodida vida. Avanzamos unos metros sin encender las lámparas que traíamos, al fondo del pasillo se escuchaban los gritos y las suplicas de la niña, conocíamos el perfil del animal que estaba con ella, las hacía sufrir, las golpeaba y después las violaba hasta que se aburría de ellas y las asesinaba. Ambos sabíamos que ser violada es como la misma muerte para una mujer y nuestro trabajo nos obligaba a evitarlo. Después de todo para que servía nuestra placa si no era para divertirnos cortándole las bolas a estos animales.

Nos detuvimos frente a la puerta, cada uno cubriendo uno de los flancos, ella sostenía su Beretta con las dos manos, decía que eso le ayudaba a apuntar mejor, pero yo sabía que podía atinarle a una mosca con los ojos cerrados. Yo utilizaba una Desert Eagle como equipo reglamentario. No era de uso oficial, pero nuestro escuadrón estaba fuera del radar de las instituciones, por eso funcionábamos tan bien. Además el tamaño del arma compensaba ciertas carencias, ya saben, traumas de juventud.

No traíamos chalecos, habíamos ido a tomar un café después de un día de trabajo cuando vimos que un hombre arrastraba a una niña hacía el edificio. Sólo traíamos nuestras armas, un par de cargadores y mucha mala leche por haber trabajado horas extras.

- Tenemos que entrar ya o esta niña no lo cuenta…

Me hizo una seña con su mano, aunque no era necesario, actuábamos como un equipo de porristas, estábamos perfectamente coordinados, tanto que parecía que lo ensayamos en nuestros tiempos libres y en las reuniones familiares.

A su señal derribé la puerta y ella entró disparando sin mediar palabra, siempre era así, impulsiva y una autentica hija de puta. Así éramos nosotros, por eso éramos tan eficientes, usábamos fuerza letal a la menor provocación mientras estuviéramos seguros de quien debía morir. El tipo estaba frente a la niña con un arma y su mini miembro de fuera, no se necesita mucho sentido común para darse cuenta quien era el que debía caer.

Todas las balas alcanzaron su objetivo y el cuerpo sin vida giró sobre si mismo y fue a dar a la pared como si lo hubiera alcanzado un camión. La sangre salpicó las paredes de la habitación dejándola como una escena de película de horror. La mortecina luz amarillenta de un foco lleno de polvo me permitió ver a otro sujeto que salía de una de las habitaciones con una 9 mm en las manos, apunté y le coloqué una bala en la cabeza y de pronto todo había terminado.

Mientras el humo se disipaba y el bastardo se retorcía como lombriz con sal algo nos hizo voltear hacía la puerta y nos dejó helados. Ninguno de los dos pudimos hacer el menor movimiento, en el marco de la puerta estaba la sombra de un hombre… o algo parecido, medía como dos metros y era como ver una reunión de Músculos Anónimos… en su mano sostenía un hacha, de esas que uno ve en películas de bárbaros y guerreras tetonas… Tan pronto como lo vimos desapareció.

Confortamos a la niña hasta que escuchamos las sirenas de las patrullas y ambulancias, no podíamos quedarnos más, la policía de a pie hubiera hecho demasiadas preguntas y teníamos un humor de los mil demonios como para hablar con un tipo que no sabe que el negro es un color oscuro. Salimos por una ventana y caminamos en silencio hacía mi auto por la calle tímidamente iluminada por los faroles y las luces rojas y azules de las sirenas. Siempre me han causado cierto desorden esas luces, de hecho las detesto. Ninguno de los dos habló hasta que llegamos a su departamento.

- ¿Tu lo viste verdad Jack? No fue sólo una ilusión.

Fue la primera vez que vi miedo en sus ojos, estaba… estábamos aterrados, pero era sólo la primera vez… y como toda primera vez no fue nada placentero.

- Todo está bien. Descansa, mañana será otro día, mi esposa me espera y ya es tarde.

Le di un beso en la frente y le coloqué un amuleto que siempre llevaba conmigo, yo no necesitaba que me cuidaran, tenía un cabreo inmenso que podía defenderme, sabía que era lo que habíamos visto y no me gustaba nada.

********************

Is there something after you,

Something after you?

Is there something after you?

Will it get you?

Can you feel the panic in you,

Feel the panic in you?

Can you feel the panic in you?

Will it break you?

Paranoina,

Coming from within, Taking over,

Symptoms of an everlasting...

***Kreator – Phobia***

No hay comentarios: