viernes, 16 de noviembre de 2007

Ya lo dijo Octavio Paz, hay que coger más para ser feliz.

Por eso odio salir a la calle, la ciudad no es más que un nido de ratas, las calles están llenas de basura y agua estancada rodeada de moscas; nada es lo mismo, los años han llevado a la perdición a la “ciudad de los palacios”. Aunque hay que reconocer que no hay tanto tráfico como hace algunos años, pero bueno, es lógico cuando pienso que el 75% del parque vehicular de la ciudad fue destruido en el motín del 2012. Quizá exagero, una parte sirvió para que la gente que no enloqueció huyera, o por lo menos tratara de hacerlo.

Recuerdo con cariño cuando me iba manejando a trabajar todos los días, ahhh¡¡¡ que buenos tiempos cuando uno iba tranquilamente rolando por las calles mientras un idota se te cerraba, otro te recordaba a tu madre y uno más se te pegaba tanto a la defensa trasera que podrías haberlo demandado por acoso sexual. Esta bien, debo trabajar en mi sarcasmo, estoy perdiendo el toque… eso deja no tener contacto humano frecuente.

Recuerdo esas mañanas donde te pasabas más tiempo en el coche que conviviendo con tus seres queridos, años de soledad obligada donde cada uno de nosotros íbamos encerrados en un ataúd de metal, llenos de “tristeza canjeable por odio en su crucero más cercano”. Solos o en autobuses atestados de odio y soledad todos caminábamos evitando a los demás, negando una sonrisa o un gesto amable. ¿Por qué le íbamos a sonreírle al tipo de a lado? No fuera a pensar que le estábamos coqueteando, ni madres.

No ganamos nada con esa actitud, pero nunca nos dimos cuenta que el mundo sería mejor si simplemente disfrutáramos nuestras propias vidas, cada momento. Porque sí, cada momento tiene su encanto. Podíamos ir refunfuñando todas las mañanas hacia nuestro auto, subirnos, estresarnos porque vamos a llegar tarde y tratar de ganarle el paso a todos, creyendo que sólo nosotros llevamos prisa. O podíamos disfrutar el hecho de tener auto o simplemente de tener pies y poder caminar hacía la parada del autobús, subirnos y poner música, leer, o simplemente pensar y meditar. Pero escogimos la primera, está en nuestros genes, ser infelices hasta que algo lo cambie en lugar de ser felices a menos que algo lo impida.

Cansados, rutinarios, grises, sin sueños ni metas, sin una pasión. Por lo menos la mayoría eran así, algunos nos dábamos la oportunidad de ser felices cinco minutos al día, pero no fue suficiente.

No me extraña que empezaran los disturbios, todos éramos pequeñas bombas de tiempo deambulando hacía nuestra propia destrucción. La furia nunca ha sido buena consejera… lo sé muy bien, pero en mi caso la verdad todo es culpa de mis compañeros de escuela (puta sociedad), en la primaria nunca fui muy popular, pero era hombre… bueno, niño de paz y prefería huir en vez de enfrentar las agresiones. Fue mala, idea, ahora lo sé, lo único que logré fue aprender a contener el coraje, en lugar de enfrentar las situaciones en su momento; prefería tragármelas y poco a poco me convertí en una olla de presión. A veces pienso que hubiera sido mejor romper dos o tres cabezas en esos años, los niños de mi época podían ser muy crueles, especialmente durante la primaria y secundaria, cuando nos somos concientes del daño que provocamos.

Pero nunca pude, tenía miedo de mi mismo, recuerdo a un niño, no puedo recordar su nombre, pero siempre me molestaba, me agredía y me hacía sufrir como Santo Cristo hasta que un día estando delante de él me cansé de ser su pendejo y me dije a mi mismo: “mi mismo, es hora de romperle su madre”. Bueno, siempre he sido un poco dramático y mamón, pero lo que sí pasó fue que me giré, lo tomé de su piojosa cabellera y lo azoté contra el pupitre.

Con más miedo y adrenalina que coraje le dije “si me vuelves a tocar te entierro el lápiz en el cerebro”… cuando reaccioné y me di cuenta de lo que estaba haciendo estaba en shock . No me creí capaz de lastimar a nadie, y la mirada en el rostro infantil e inocente de ese grandísimo hijo de puta me decía que él tampoco. Estaba aterrorizado, sabía que de alguna manera hablaba en serio, y yo también. Me giré y me perdí en mis pensamientos. Jamás me volvió a poner una mano encima, pero si se la puso a Lupita, la niña que más me gustaba del salón y según la cual ese cabrón era un naco y corriente, claro, hasta que le mostró el tamaño de su juguetito. No volví a agredir a nadie así hacer hasta que estuve en escuadrón, sabía que era capaz de hacerlo, y en realidad… todos lo somos. Tenemos la capacidad de hacer cosas aterradoras. Nuestras manos pueden crear una pintura o tomar una bella foto, pero también pueden destruir una vida con simplemente desearlo.

¿Por qué empezó todo esto?... Ah si… por el imbécil que acaban de matar en la esquina por pintarle cremas a la persona equivocada. Vaya, debió saber que jamás debes bajarte de tu auto si no tienes con qué defenderte, en este caso creo que con un poco de inteligencia hubiera bastado.

Ahora que he vuelto a la tranquilidad de mi mugriento hogar lo he pensado bien, quizá este diario no sirva de nada, quizá solo escribo para sentir que hablo con alguien. Sólo quisiera saber que no me equivoqué, que merezco al menos un funeral decente. Quizá sólo es que enloquecí por estar tanto tiempo en el abismo, quizá todo lo que escribo y escribiré mientras me duren las fuerzas sólo sea una fantasía, una realidad que creó mi mente enferma… ¿cuál es la diferencia? Quizá sólo dejo una bella y extensa carta de suicidio… Quizá, sólo quizá…

Algo de música para relajarse…

“December 25th, 1986 - Van Nuys.

Merry Christmas.

That's what people say at Christmas, right?

Except normally they have someone to say it to.

They have friends and family,

And they haven't been crouched naked under a Christmas tree

with a needle in their arm like an insane person in a mansion in Van Nuys.

They're not out of their minds, they're not writing in a diary,

And they're definitely not watching their holiday spirit coagulate in a spoon.

I didn't speak to a single person today.

I figured why should I ruin their fucking Christmas.

I've started a new diary and this time I have a few new reasons.

One, I have no friends left.

Two, so I can read back and remember what I did the day before.

And three, so if I die, at least I leave a nice little suicide note of my life.

It's just me and you, diary. Welcome to my fucked up life.

Nobody would believe the shit that happens in my head, it's haunted.

Now that I've come down from the drugs

it seems like a sick play that I saw in a theater somewhere.

Thirty minutes ago, I could've killed someone.

Or better yet, myself”.

**********SIXX:A.M. - "X-Mas In Hell"********

No hay comentarios: